El día 21 de marzo tuvo lugar la presentación en Cáceres de la Fundación Jérôme Lejeune a través de un acto organizado por la Fundación, en colaboración con la Delegación de fe y cultura de Cáceres, la Asociación Síndrome de Down Cáceres y la Delegación de familia y vida.
El acto consistió en la proyección de la película “A los más pequeños de los míos “ tras la que tuvo lugar un coloquio de expertos, con la doctora Elena Postigo Solana, secretaria académica de la cátedra de bioética de la Fundación Jérôme Lejeune. Licenciada en Filosofía y doctora en Bioética, don José Felipe Arroba Conde, presidente de la Asociación Down Cáceres cuyo objetivo es conseguir la igualdad de oportunidades de las personas con síndrome de Down, el doctor Orlando Dávila, ginecólogo y el doctor Ignacio Arroyo Carrera, del servicio de neonatología del Hospital San Pedro de Alcántara y especialista en genética.
Los expertos coincidieron en los grandes avances que se han dado en este campo en los últimos 50 años, y que se desarrollan en dos líneas: por un lado, la detección temprana, para anticiparse a la aparición de la patología y hacer un seguimiento temprano de la misma y, de otro, el trabajo con los niños y las familias.
El doctor Arroyo destacó que el ideal de futuro pasa por la anulación de la sobreexposición del cromosoma 21; el doctor Dávila destacó que los avances también tienen que tener en cuenta las cuestiones éticas y el acompañamiento a las familias, el presidente de Down Cáceres recordó que estos niños, tienen algo más no algo menos y contó que en su caso su tarea es la misma que la de cualquier padre: educarle y desde la Asociación Down que preside, trabajar por su plena participación en la vida activa. (Cabe destacar que en menos de un siglo, la esperanza de vida de las personas con síndrome Down ha pasado de 10 a 60 años). La doctora Elena Postigo añadió que se deben continuar con los estudios y avances, pero también no evitar el nacimiento de estos niños.
LAS COSAS HAY QUE DECIRLAS CLARAMENTE: LA CALIDAD DE UNA CIVILIZACIÓN SE MIDE POR EL RESPETO QUE LE PROFESA AL MÁS DÉBIL DE SUS MIEMBROS. NO HAY OTRO CRITERIO PARA JUZGARLA. (JÉRÔME LEJEUNE.)