Jérôme Lejeune, médico e investigador en genética, adquiere fama internacional gracias al descubrimiento de la Trisomía 21, con el equipo del Profesor Turpin, en 1958.
En 1969, mientras recibe el Premio William Allen, la más alta distinción en el ámbito de la genética, en San Francisco, pronuncia un discurso en defensa de la dignidad humana de los embriones, que provoca un auténtico seísmo en el entorno científico. Desde un tiempo atrás era consciente de que su descubrimiento había abierto la puerta al aborto de embriones con anomalías genéticas, y de que si él intentaba evitar ese masacre determinados entornos científicos le darían la espalda.
Testimonios de París a Indianápolis en una película conmovedora que indaga sobre un hombre de Ciencia y de convicciones.