- Se reflexionó sobre la actualidad del pensamiento del médico genetista francés y referente de la Bioética, Jérôme Lejeune, para dar luz sobre los desafíos actuales en la defensa de la vida
- El encuentro contó con la participación de más de 4o organizaciones académicas internacionales, lo que lo convierte en referente mundial en el ámbito de la Bioética.
ROMA 9 DE MAYO – La Cátedra International de Bioética Jérôme Lejeune organizó en Roma los días 17 y 18 de mayo el II Congreso International de Bioética, titulado “Jérôme Lejeune y los desafíos de la Bioética en el siglo XXI”. El encuentro comenzó con la acogida de Jean Marie le-Méné, Presidente de la Fundación Jérôme Lejeune, y Mónica López Barahona, Presidenta de la Fundación en España y de la Cátedra Internacional: “Con motivo del 3o aniversario del fallecimiento del profesor Lejeune, este Congreso lleva como guía varias de sus intervenciones que, si bien fueron pronunciadas hace años, están de actualidad por el significado que conllevan: de respeto a la vida y a la integridad del ser humano”. Más de too personas de ą2 instituciones académicas participaron en el encuentro, lo que to convierte en referente global del ámbito de la Bioética.
Como parte de la bienvenida, Mons. Robert Barron, Obispo de la Diócesis de Winona— Rochester (Minnesota) y Fundador de Word on Fire Catholic Ministries, agradeció la organización de este encuentro “para afrontar los retos que afectan a los más vulnerables, marcando un camino para defender la dignidad de la persona, como hizo en su tiempo el profesor Lejeune, y habiendo frente a la presencia de ideologías que la destruyen y que cada vez más están presentes en las culturas”.
El acto contó con la participación de destacados pensadores, como Orlando Carter Snead, de la Universidad de Notre Dame, en Indiana, quien subrayó que “es necesario reimaginar el contexto humano en el que la cuestión del aborto no es un conflicto entre extraños, sino que implica a una madre y a su hijo” y que “en la reproducción asistida, el niño no debe ser un objeto diseñado fruto del individualismo humano”. También participó William Sullivan, Catedrático del Kennedy Institute of Ethics de la Universidad de Georgetown (USA), quien explicó que “muchas muertes de personas con discapacidad intelectual y del desarrollo (PWIDD) están determinadas por las decisiones y los valores de personas y sistemas distintos a ellos y a sus seres queridos”, y añadió que “muchas de estas personas también mueren solas”.
Entre los temas que se trataron, uno de los que más interés suscitó fue el de la edición genética. Pilar Calva, profesora de la Universidad de Anáhuac (México), hizo referencia, entre otros puntos, a la investigación con fines eugenésicos: “No estarían permitidas las ediciones que tuvieran como fin, por ejemplo, elegir el color de ojos, porque se genera un racismo genético. Por ello, toda investigación científica será correcta en la medida que respete las leyes de la naturaleza”. También se habló del embrión de tres progenitores y de las quimeras interespecie. En este punto, Maureen L. Condic, de la Universidad de Utah (USA), aseguró que las quimeras animal-humano “no permiten determinar si son miembros de nuestra especie o no. Por ello, las quimeras humano-animal tienen un estatus moral inherentemente ambiguo y -en la mayoría de las circunstancias- no deberían ser producidas.” Miquel-Ángel Serra, Jefe de Equipo, Centre for Advanced Studies y joint Research Centre de la Comisión Europea, concluyó que “las tecnologías existentes y emergentes de la mejora humana, particularmente para la edición del genoma, están logrando avances significativos en la cura radical o paliativa de muchos pacientes” y reflexionó sobre los riesgos que existirían “si se aplicaran a humanos ‘normales’ para hacerlos ‘más felices’ o ‘superinteligentes’.
Otro de los grandes temas tratados fue el del transhumanismo, a cargo de la Directora Académica de la secciõn española de la Cátedra, Elena Postigo, quien destacó que esta corriente “busca el hombre aumentado, sin darse cuenta de que el hombre con discapacidad nos hace comprender que la grandeza del ser humano no estã en su perfecciõn genética o biopsíquica, sino en una visión integral de su persona”.
También participó George Weigel, biógrafo de Juan Pablo II y Catedrático del Ethics and Public Policy Center (EEUU). En su discurso, se refiriõ a la relación entre el Pontífice y Jérôme Lejeune: Juan Pablo II consiguió que Lejeune, at convertirse en uno de los ardientes defensores de la vida, “especialmente de la vida de los niños antes de nacer”, estuviera dispuesto “a convertirse en un signo de contradicción, independientemente de las presiones ejercidas por una sociedad permisiva o del ostracismo al que fue sometido”, habiendo de tal defensa de la vida un “apostolado”, por lo que Weigel espera “que las virtudes heroicas de Jérôme Lejeune sean oficialmente reconocidas por la lglesia, para que pueda unirse a su amigo Juan Pablo II entre las filas de los beatificados y canonizados. Si eso ocurre, será porque la lglesia se ha convencido de que estas dos vidas al servicio de la vida fueron vividas por hombres valientes de fe y razón que sabían que la verdad nos hace libres en el sentido más profundo de la libertad”.
Además, el Congreso se completó con los testimonios de familias, como los casos de una madre con un hijo con Trisomía 21 (Síndrome de Down) y que fue paciente del prof. Lejeune, así como de la familia de lndi Gregory, la niña británica que falleció tras padecer una enfermedad mitocondrial, y que estuvo ingresada en el hospital Queen’s Medical Center de Nottingham habiendo sido declarada terminal por los jueces del país.
Expertos de los cinco continentes
El congreso contó con la participación de expertos e investigadores en el ámbito de la Bioética de Estados Unidos, Asia, Hispanoamérica, África y Europa para debatir, además de los mencionados, otros temas como la ética médica en el diagnóstico prenatal, el final de la vida, las técnicas de reproducción artificial y la disforia de género en menores. También se habló de la labor realizada por el lnstituto Médico Jérôme Lejeune, presente en Francia, España y Argentina, cuya función es el tratamiento integral de enfermedades intelectuales de origen genético.
Esta internacionalidad remarca el sentido de la Cátedra International de Bioética Jérôme Lejeune, creada en Madrid en zoo9. y que cuenta con acuerdos con universidades de todo el mundo para conseguir formar e investigar a profesionales en el campo de la Bioética.